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Agua y Cobre

¿Alguna vez has probado dejar tu agua en una vasija de cobre?


Más que una moda, es un ritual ancestral lleno de sabiduría y beneficios para tu salud.

Yo empecé a hacerlo hace un tiempo, medio por intuición, medio por curiosidad, y desde entonces se ha vuelto uno de esos rituales sencillos que me hacen bien.

Algún fin de semana de este año (para ser más exacta en Semana Santa) estuve en Michoacán, y entre el aire limpio, los mercados y las pláticas con gente sabia, me acordé de cuánto me gusta esta práctica y de que quería contarles más. No había tenido tiempo de sentarme aquí para escribir pero ya que empecé ahí les voy...


Lo conocí gracias al Ayurveda, esta medicina ancestral de la India que tanto me inspira. Ahí se habla del cobre como un metal sagrado, lleno de propiedades purificadoras.

Dicen que cuando dejas agua reposando en un recipiente de cobre por unas horas, idealmente toda la noche, ocurre un proceso natural llamado “oligodinamia”. Suena técnico, pero básicamente significa que el agua se enriquece con microdosis de cobre que le aportan muchos beneficios. Esta acción transforma el agua común en un elixir mineral, lleno de microdosis benéficas para el cuerpo.


Yo lo noto sobre todo en mi digestión, en cómo me despierto con más claridad mental, y hasta en la piel. Algunos de los beneficios que se le atribuyen son:


- Apoyar la función inmunológica

- Antimicrobiano natural

- Mejorar la digestión y el metabolismo

- Aportar minerales traza

- Favorecer la absorción de hierro (este me fascina)

- Y sí, también contribuir a una piel más luminosa


Mi manera favorita de hacerlo es llenar una vasija con agua filtrada antes de dormir, dejarla toda la noche y tomarla en ayunas al despertar. A mí me gusta pensar que es como un pequeño elixir preparado en silencio mientras descanso.

Tengo un thermos y esta vasija o taza de cobre y voy intercalando uno con otro dependiendo de cuánta agua quiero. Eso sí, se recomienda limpiar la vasija con algo natural (limón, vinagre y sal) y no dejarla más de 12 horas entre otras razones porque el agua puede saber demasiado metálica si se pasa de tiempo.


A veces siento que estos pequeños gestos son los que nos devuelven el sentido de lo sagrado en lo cotidiano. Beber agua así me hace sentir más conectada con la Tierra, con mi cuerpo y con una sabiduría que va mucho más allá de la ciencia moderna. Además, el cobre tiene muchísimos beneficios más; es un excelente conductor de energía por ejemplo. Yo siempre traigo puestos brazaletes, aretes y anillos de cobre, pero esa es otra historia que me reservo para otra publicación....


Abrazo,

Ada

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