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Septiembre

Septiembre es un mes de transición en el que el verano empieza a despedirse y el otoño se acerca, trayendo consigo una riqueza de colores, sabores y símbolos. Es tiempo de lluvias que nutren la tierra, de fiestas patrias que celebran nuestras raíces y de alimentos de temporada como la granada, la manzana, la pera, el durazno y el chile poblano, que no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también conectan con la memoria cultural y el ritmo natural del campo. Es un mes para comer fresco, honrar la abundancia agrícola y fortalecer el cuerpo de cara al cambio de estación.

Pomegranates

Granada roja

La granada es un fruto originario de Persia que llegó a México en la época colonial y rápidamente se integró en la cocina tradicional, siendo protagonista en platillos icónicos como el chile en nogada, típico de septiembre. Su cáscara dura guarda granos jugosos y brillantes que son un festín visual y nutricional. Es una de las frutas con mayor contenido de antioxidantes, especialmente punicalaginas y vitamina C, que protegen a las células del estrés oxidativo y fortalecen el sistema inmunológico. También aporta fibra soluble, beneficiosa para la microbiota intestinal, y potasio, esencial para el equilibrio hídrico y la función muscular. Consumir granada en esta temporada no solo conecta con las fiestas patrias, sino que también honra un ciclo agrícola lleno de simbolismo y abundancia.

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Chile Poblano

El chile poblano, cultivado principalmente en Puebla, es el corazón de una de las recetas más emblemáticas de México: el chile en nogada, que se prepara precisamente en septiembre. Su origen se remonta a la época prehispánica, cuando el chile era ya un pilar de la alimentación mesoamericana, y con el mestizaje se convirtió en símbolo cultural. Nutricionalmente, es una excelente fuente de vitamina A (en forma de betacarotenos) y vitamina C, que refuerzan el sistema inmune y la salud de la piel. También aporta fibra, que ayuda a la digestión, y compuestos antiinflamatorios presentes en los chiles frescos. Aunque no es tan picante como otras variedades, su sabor intenso lo hace perfecto para guisos, asados y rellenos. En septiembre, el chile poblano no solo nutre el cuerpo, también une tradición, memoria y celebración.

Pears

Pera

La pera tiene un origen muy antiguo en Europa y Asia, pero en México encontró una tierra fértil para crecer, especialmente en los estados del centro. Una variedad muy apreciada en septiembre es la pera perón, con pulpa jugosa y ligeramente ácida, usada tanto en postres como en guisos. Es rica en fibra soluble, que ayuda a regular la digestión y mantiene estables los niveles de glucosa en sangre, además de ser un prebiótico natural para la microbiota intestinal. También contiene vitamina C, que fortalece las defensas, y pequeñas cantidades de cobre y vitamina K. Al ser ligera y refrescante, la pera se adapta bien al clima de transición hacia el otoño y aporta suavidad al organismo tras el calor del verano.

Manzana

La manzana es un fruto con una fuerte presencia en la historia cultural y espiritual de la humanidad, desde mitos europeos hasta los huertos en el centro de México. En septiembre, las variedades locales como la manzana panochera o la criolla están en su mejor momento, dulces y aromáticas. Este fruto es valioso por su contenido de pectina, una fibra soluble que nutre la microbiota intestinal y favorece la saciedad, además de contener antioxidantes como la quercetina, especialmente en su cáscara. Su aporte de vitamina C y potasio la convierten en una opción ideal para mantener el sistema inmune fuerte y el equilibrio electrolítico en el cuerpo. La manzana representa la sencillez y la abundancia de esta temporada, y su versatilidad en recetas la hace un alimento esencial en septiembre.

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